Hasta no hace demasiado tiempo, el clásico plumón
era la prenda más utilizada para combatir las bajas temperaturas. A pesar de su
magnífico poder de retención del calor y a causa de su enorme volumen y los
problemas que aparecen en la pluma en caso de mojarse (los modelos que no
disponen de membrana impermeable), han restringido su uso a situaciones muy
específicas, como pueden ser las expediciones.
La vestimenta por capas se ha impuesto hoy en día
como la mejor solución. Así pues, con una camiseta térmica (aleja la humedad
del cuerpo, secando la piel), un forro polar (retiene el calor) y la chaqueta
con membrana (impermeable, transpirable y protector contra el viento),
cubriremos todas nuestras salidas.
Según la época del año o las condiciones de la
actividad a realizar, las combinaremos todas juntas o por separado obteniendo
así el mejor rendimiento.
Temperatura Corporal
Nuestro cuerpo se mantiene a una temperatura
constante de aproximadamente 36,5ºC. En determinadas ocasiones estas
temperaturas se elevan a propósito, aunque de forma inconsciente. Esta
hipertermia, conocida como fiebre, no es más que un sistema de defensa de
nuestro organismo, el cuál limita la actividad de ciertos virus y bacterias que
no pueden desarrollarse a temperaturas superiores a los 38ºC. Esta es una de
las razones por las que estas reacciones del organismo no deberían tomarse tan
a la ligera, contrarrestándolas de inmediato con toda clase de antibióticos y
armas químicas.
Cuando no actúan estos sistemas de defensa natural,
el organismo debe regular la falta o el exceso de temperatura de forma
inmediata.
En el momento en que disminuye la temperatura el
organismo, entre otras medidas, reduce el caudal de riego sanguíneo que circula
a las extremidades, concentrando de este modo los fluidos y el calor en los
órganos vitales, que son el tronco y la cabeza. Esta es una de las razones por
las que cuando hace frío, los primeros síntomas los acusan nuestras
extremidades.
Otro de los sistemas para aumentar la temperatura
interna es el de hacer temblar los músculos (tiritar), ya que de este modo se
quema más energía.
Cuando la temperatura aumenta, nuestra cabeza y
nuestras axilas actúan como un radiador. Se dice que la cabeza puede llegar a expulsar
hasta un 40% de la radiación corporal. Este es el motivo por el que usar un
gorro puede equivaler al uso de un jersey.
Además, nuestra piel empieza a transpirar y a
expulsar sudor. Para evaporarse, el sudor debe absorber calor, tomándolo de
nuestro organismo, que es el que tiene más cercano. Precisamente por esta
razón, si mantenemos lejos de la piel, con prendas interiores especiales, el
sudor de la transpiración, también conseguiremos mantener más caliente nuestro
organismo.La finalidad del sistema de vestir por capas es la de evitar los 4 tipos distintos de pérdida de calor:
Convección. El aire frío penetra y circula por el
interior de la prenda, desplazando y expulsando el calor hacia el exterior. Una
envoltura impermeable, cierres en los puños, tobillos y cuello y cordón ceñidor
en la cintura, impedirán la salida de calor corporal y la entrada del frío
exterior.
Conducción. Al entrar en contacto con superficies
frías, como por ejemplo al sentarnos encima de la nieve, perderemos nuestro
calor a través del tejido. Se evita gracias a las protecciones en las zonas de
contacto de los guantes, calzado y pantalones. Evitando que la prenda se moje y
absorba agua, también reduciremos este efecto.
Evaporación. A bajas temperaturas el sudor
representa un serio problema. Las moléculas de agua del sudor que se filtran a
través de las prendas quedan embebidas por el tejido, convirtiéndolo en un
perfecto conductor del calor corporal hacia el exterior. Por esta razón es
importantísimo suprimir la humedad de la superficie de la piel.
Radiación. El cuerpo convierte los alimentos en
radiaciones infrarrojas que irradian de la piel en todas direcciones. Sólo las
texturas compactas pueden interceptar estas radiaciones, que transformándolas
en calor, lo mantienen entre las capas.
Capa A: Exudación
En condiciones de exposición a climas fríos, desde
el cuerpo hacia fuera, la primera capa que debe encontrarse debe permitir
mantener una temperatura adecuada y la piel seca. Esta capa es interior y es
inmediata a la piel. Por esto además suena razonable utilizar algo suave, muy
liviano y flexible (aquellos con experiencia con ropa interior de lana pueden
estar de acuerdo inmediatamente). Esta capa, la ropa interior, trabajará en
conjunto con capas exteriores para evitar la humedad en el cuerpo. Para este
efecto la lana y el algodón fallan expresivamente, porque son telas que se
secan muy lentamente, permitiendo que la humedad colabore con la perjudicial
pérdida de calor del cuerpo.
Para esta capa las telas sintéticas son claramente
superiores, destacándose entre ellas el polipropileno. La seda es una buena
alternativa, pero muy delicada para efectos prácticos. Estas telas cumplen con
el objetivo de secarse muy rápido y además se sienten cómodas al tacto. La gran
característica es que literalmente empujan la transpiración lejos del cuerpo
entregándola a la capa siguiente.
Capa B: Aislación
Exclusivamente al interactuar con condiciones de
baja temperatura, la capa de aislación se vuelve no sólo importante, sino
imperativa. Es esta capa la que realmente nos protege del daño que el frío
puede ocasionarnos antes, durante, y después de la actividad física. Esta capa
provee dos funcionalidades con este objeto. Primero mantiene el flujo creado
por la capa de exudación, enviando la humedad corporal hacia afuera.
Simultáneamente, logra atrapar el aire temperado producto de la emanación de
calor del cuerpo, pero mantienen una ventilación esencial que permiten que el
exceso de emanación de calor no permanezca junto al cuerpo. La tela utilizada
para estas prendas, al igual que la primera capa, es sintética y muy liviana,
lo que permite a la vez una gran comodidad al momento de la actividad física.
En caso de mojar la prenda, cayéndose al agua o con
lluvia prolongada e intensa, estas dos capas son capaces de mantener la
estabilidad de la temperatura por largos periodos. A la vez, la capa de
aislación debe ser capaz de secarse muy rápido, evitando retener la humedad. A
veces, es posible lograr dejar casi seca la prenda con una buena sacudida.
Capa C: Cubierta
Pero estas dos capas no son exitosas en evitar que
la lluvia haga su trabajo sobre el cuerpo de la persona, o pero aún, no impiden
la acción del fuerte viento. Para solucionar esto se tiene la tercera capa, que
es la cubierta final que protege tanto de la lluvia como del viento, ambos
fuertes causantes de pérdida de temperatura corporal a gran velocidad.
Hace muchos años que existen prendas que cumplen
con esta función. El más simple de recordar es el impermeable de plástico. Nada
más simple. Pero el problema aparece al momento de necesitar expeler el exceso
de transpiración del cuerpo, tal como lo hacen las capas A y B. De hecho, en
numerosas ocasiones es posible sentir humedad en la cubierta por dentro, sin
que llueva ni que se esté en excesiva actividad física. Eso se debe a que
simplemente atrapan todo lo que sale y todo lo que entra a cada lado de la
capa.
En deportes como el tracking, el esfuerzo puede ir
de moderado a intenso. En dichas situaciones el cuerpo genera diversos grados
de calor. En muchos casos, si las condiciones ambientales lo permiten, una
simple camiseta como capa A es suficiente. El cuerpo generará el calor
suficiente para mantener la temperatura y si no hay lluvia ni fuerte viento, la
cubierta está de sobra. Al detener la marcha por un periodo prolongado a más de
5 minutos, se debe agregar una capa de aislación hasta que se reanude la marcha.
Si el esfuerzo es mínimo, posiblemente se necesita una capa de aislación media
a mínima permanentemente. Si la temperatura ambiente es alta, la capa de
exudación ayudará a minimizar la retención de transpiración en la ropa.
Efectos del viento sobre la temperatura
Velocidad del viento
|
Temperaturas resultantes C°
| ||||||
0 Km/hr
|
0
|
-5
|
-10
|
-15
|
-20
|
-30
|
-35
|
15 Km/hr |
-7
|
-14
|
-22
|
-28
|
-35
|
-45
|
-50
|
30 Km/hr |
-15
|
-22
|
-30
|
-35
|
-40
|
-55
|
-65
|
40 Km/hr |
-18
|
-25
|
-32
|
-40
|
-48
|
-60
|
-68
|
50 Km/hr |
-21
|
-28
|
-35
|
-45
|
-55
|
-65
|
-73
|
60 Km/hr |
-22
|
-30
|
-36
|
-46
|
-57
|
-67
|
75
|
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